Concierto de cámara de MPA de Neuquén en LUNCEC, Lucha Neuquina Contra el Cáncer, Neuquén Capital, abril 2013
El miércoles pasado fuimos a Luncec con integrantes diferentes, salimos felices de compartir con ellos, me dijeron que les había gustado mucho la experiencia. Algunos cancelaron turnos (que tenían pensando que llegaban con el horario) porque querían quedarse a tocar para una mujer que no podía llegar al comedor donde tocábamos para los que llegaron allí. Esta mujer, María, había abierto la ventana para escuchar algo, como hacía tanto frío tuvieron que cerrar la ventana y nos preguntaron si podíamos ir a tocar aunque sea una obra para ella que tenía muchas ganas de escucharnos. Los cinco espontáneamente dijimos que si (yo no sabía si mis compañeros iban a querer, pero fue una rápida respuesta tomando los atriles y diciendo: «vamos, dónde es, dónde vamos?»), tomamos nuestros atriles y, como había lugar, entramos los cinco. Tocamos tres obras y no sé si lo disfrutamos más nosotros que ella, pero fue muy lindo porque las enfermeras y los pacientes que estaban en las habitaciones cercanas (que no habían ido al comedor) se acercaron también.
La asistente social de ese lugar, Natalia, me propuso hacer un registro escrito de todo lo que sucedia en torno a la presentación, lo que genera, lo que expresan los pacientes. Para que quede escrito y así poder transmitir a otros y que no quede en «el aire», que se pueda ver como un recurso.<span class="su-quote-cite">Lorena Giulian1, cellista de Música para el alma</span>
Primer concierto de Música para el Alma de Bahía Blanca, el pasado lunes 15 de Julio, en el Hospital de Día del Hospital Penna junto a pacientes con tratamiento neuropsiquiátrico.
El Hospital tiene talleres que capacitan a estas personas en diferentes oficios para obtener una salida laboral y mejorar su inserción en la sociedad. El propósito es la desmanicomialización. El manicomio, sufrido por muchos, en donde se llena al paciente de pastillas y se lo encierra.
Después del concierto los pacientes nos agasajaron con cosas muy ricas y explicaron la actividad que desarrollan en el Hospital. Como en todas las presentaciones de MPA, cantamos todos juntos la Oda a la Alegría.
Otra ciudad sumada al proyecto; un grupo humano del que todos nos sentimos hermanos desde la primer nota; una hermosa reunión a la noche para compartir esta hermosa experiencia. ¡Gracias a todos!
Nuestra segunda presentación fue en la casa Ronald Mcdonald, situada a metros del Hospital de Niños Provincial, que alberga a 18 familias del interior con niños con tratamientos prolongados en el Hospital. La gente de ahí es increíble. Nos encontramos con voluntarios que cada día llevan adelante los mismos objetivos de Música para el Alma: acompañar y llevar una sonrisa a quien lo necesita. En esta oportunidad actuamos en conjunto con el taller de pintura Pequeños Talentos. Los chicos pintaban lo que la música les hacia sentir. "Esa música me hace cosquillas en el corazón" nos dijo una niña de la casa. La experiencia fue hermosa.[/quote]
Estos son algunos momentos con los ancianitos del Hospital Psiquiátrico de Misiones. Qué más puedo contarles; fue un dia lleno de sensaciones. Muchas Gracias a Cherno Byl, Daniela Hulet (quien se sumó ese día con mucho cariño), y a Néstor Rodríguez. La llegada fue muy gratificante, las sonrisas y los abrazos hicieron que nos sintiéramos muy cómodos y que ellos disfrutaran cada minutito al igual que nosotros. Los ancianitos cantaron con nosotros, bailaron chamamé y agradecieron el gran día.
Algo que puedo rescatar entre las tantas cosas: una de las ancianas se acerca comiendo un pedazo de torta y me dice, “el alimento y ustedes nos trajo el de arriba, el cielo".
Mucha alegría. Por estos lados vamos a pasos lentos pero seguros. De a poco todo ira sucediendo. Abrazos a los MPA del país y me alegra saber que esto se agranda.[/quote]
El 16 de abril de 2013 Música para el Alma estuvo en la Asociación de padres de paralíticos cerebrales Antú Dañé. Lorena, de Música para el Alma de Neuquén cuenta:
[quote]Al llegar al lugar había sonidos, algunos hablaban entre ellos y al empezar a afinar se hizo al instante un silencio general. En el momento que estábamos tocando algunos gritaban “¡me gusta esto!», “¡me gusta!». También algunos padres, que no les tocaba ir ese día a la institución, llevaron a sus hijos para escucharnos, nos agradecían y nos preguntaban cómo era, porqué nosotros fuimos hasta ahí, no lo podían creer. Al tocar un tango algunos tarareaban.
Los chicos nos contaron que Norma cantaba muy bien y le insistieron para que cante. Se animó y lo hizo con todas sus fuerzas y entrega, fue un concierto mutuo. En la primera foto se ve a Norma cantando. Quienes fuimos, al día siguiente en el ensayo de la orquesta, hablamos sobre lo gratificante que fue.
La directora Viviana llamó al día siguiente, para agradecernos porque los chicos estaban muy felices por la experiencia y les había gustado muchísimo, que nos agradecían por haber ido hasta allá para compartir algo tan lindo con ellos, que era muy importante para ellos.[/quote]
[quote]Los músicos de MPA la pasamos muy bien. Los chicos estaban muy contentos y pudimos probar un «chuchúua violinístico». Quedaron fascinados al conocer instrumentos que muchos de ellos no habían visto en su vida.[/quote]
[quote cite=»Jorge Bergero, violoncellista, fundador de MPA Argentina»]Una experiencia que caló hondamente en cada uno de nosotros fue la presentación en Conín, una institución en donde tocamos para varios niños.
Tocar y cantar para estos 15 chiquitos, hablar con ellos, jugar, mostrarles los instrumentos fue una fiesta para todos los que estuvimos ahí presentes. Recuerdo especialmente la conexión que sentí con Camila, una nena de 5 años con parálisis cerebral (nos enteramos que fue abandonada por su familia ahí).
Ella ante el estímulo que significó hacerle tocar el cello, reaccionó con una alegría y un entusiasmo que a toda la gente del lugar les parecieron milagrosos, a tal punto que cuando nos íbamos (bajamos una escalera con mas de 40 escalones), ella con la enfermera a su lado ayudándola, se asomó y empezó a bajar los escalones buscando el cello. Inmediatamente subí corriendo y la ayudé a bajar la escalera y el premio fue seguir disfrutando de los sonidos del cello.
Noté que disfrutaba mucho cuando pasábamos el arco velozmente sobre las cuerdas del cello (se le llama trémolo) y de pronto el movimiento cesó y ella con una sonrisa levantó la mirada hacia todos los que la estaban viendo como esperando nuestra reacción. Todos empezamos a aplaudir con lágrimas en los ojos.
Este proyecto crea un espacio donde estos encuentros se suceden continuamente y nos hacen sentir que con muy poco podemos contribuir a dejar un mundo mejor para todos.[/quote]
[quote]Oriana estaba exultante. El día de nuestro concierto solidario cumplió 14 años y los integrantes de «Música para el alma» le dedicamos el cumpleaños feliz. Por unos minutos, la música le arrancó una enorme sonrisa. Y hasta tocó las cuerdas de un violín.
La niña ingresó a finales de junio pasado en el hospital zonal con un disparo en la cabeza que le provocó gravísimas lesiones craneoencefálicas. Fue derivada a un centro de mayor complejidad en la ciudad de Neuquén y regresó semanas atrás para continuar su recuperación y rehabilitación. (Texto extraido del diario de Río Negro.).
Su madre estaba feliz al lado de la silla de ruedas en la que moviliza a su hija. Oriana festejaba cada canción que tocabamos y como siempre nos pasa disfrutamos de un momento único que nos regalo la vida con esta experiencia.[/quote]
[quote]Muchas Gracias a los artistas Erzhan Kubilaev, Violín (Csardas de Monti), y Mariano Rey, Clarinete (Feliz cumpleaños), solistas del Festival de Llao Llao 2013, quienes junto a todos los demás músicos participantes del festival, dirigidos por Rafael Gintoli, donaron una mañana libre para llevar un poco de música y alegría al hospital público de Bariloche. También agradecemos a las autoridades del Hospital y nuestro contacto allí, el Dr. Germán Guaresti por permitirnos realizar el concierto.[/quote]
Videos del concierto
Czardas de Monti con un solista de lujo: Erzan Kulibaev.
Inicia «Magia para el Alma». En las primeras fotos vemos a nuestro compañero Emilio, el gran mago Fysabi, abriendo este concierto solidario. Un lujo para MPA.
Sergio Gugliotta, contrabajista marplatense, nos relata su recuerdo de ese día:Un puente
Había quedado en pasar a buscar a Guille –nuestro 2° oboe– a la una por la casa.
Lo acomodé en la única plaza libre que me quedaba, ya que las otras dos las ocupa el contrabajo, y salimos a encontrarnos con la ruta 88 bajo el brillante sol del mediodía.
Un poco de ansiedad, comentarios, un solo ensayo el día anterior, medio cortado porque necesitaron el teatro y hubo que terminarlo en otro lado. En fin, más ganas y determinación que orden e infraestructura.
Además, como condimento, era el primer concierto que nos proponíamos en el marco de “Música para el alma», y lógicamente pretendíamos poner toda la carne al asador.
La idea surgió de Daniel –uno de nuestros trombones- , que dicta una materia en un plan para terminar el secundario dentro del Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (I.NA.RE.P.S.). A este lugar concurren –y algunos están internados– todo tipo de personas con discapacidades físicas y/o psíquicas, para trabajar guiadas por rehabilitadores, con el fin de lograr la mejor calidad de vida posible.
El concierto estaba programado (y anunciado) para las 14 hs. Llegamos temprano y empezamos a armar atriles, sillas, ordenar partituras y ponernos de acuerdo en el orden de las obras.
El lugar era amplio, con un palco donde se acomodaron los vientos, y con las cuerdas armamos un semicírculo en el piso.
Dos de las paredes del salón son una sucesión de ventanas que miran a un extenso parque, y proveen al recinto de una muy buena luz natural.
En la única puerta del lugar (doble), un improvisado portero trataba de convencer a un nutrido grupo de parroquianos, que pugnaban por entrar y ver los instrumentos, de que todavía no era el horario convenido. A pesar del celo que ponía el encargado del acceso por darle un marco ordenado al evento, se produjeron un par de infiltraciones. Entre ellas un muchacho con camisola blanca con todo el aspecto de ser un trabajador del instituto. Se acercó y se mostró muy interesado en observar y escuchar el contrabajo. Tanto que se lo puse en las manos y probó de hacerlo sonar. Esta cercanía, después de enterarme que se llamaba Daniel, me dio pie para preguntarle si hacía mucho que trabajaba ahí, porque tuvimos un compañero cornista muy querido –Carlos Bortolotto, que ya no está entre nosotros– que fue asiduo concurrente del lugar para tratar una vieja discapacidad. Me contestó que “cómo no lo iba a conocer si él estaba allí desde los 9 años» (ahora ronda los 50). Habían sido muy amigos. Entonces comprendí que Daniel había ido cambiando el rol con los años: de ser ayudado, terminó ayudando a otros a vivir mejor.
Con cada músico que entraba se filtraba algún impaciente más. El portero ya alzaba la voz de a ratos.
En eso cae Sabrina (fagot) con unos sombreritos de todos colores y un par de anteojos super grandes. Dijo que eran para hacer un homenaje. No entendí. Daniel, el organizador, le dijo: “yo lo hago». No había tiempo de preguntar. Todavía teníamos que poner el orden de los temas en el atril, y el portero a estas alturas abría los brazos y su cara había cambiado de color.
A todas luces comprendimos que sería imposible probar alguna cosa antes de empezar. Así que sin más vueltas nos pusimos los sombreritos, y le hicimos un guiño al abnegado encargado de la puerta, que de cualquier manera ya estaba siendo desbordado por un tropel de muletas y sillas de ruedas, mezcladas con risas y comentarios altisonantes.
Comenzamos con la “Pequeña serenata nocturna» de Mozart, con una respuesta muy calurosa.
A todo esto, yo esperaba ver una señora conocida (Graciela), que trabaja en el I.NA.RE.P.S haciendo rehabilitación, que me había asegurado que iba a estar con alguno de sus pacientes. Pero por más que recorría el recinto con la vista, que a esta altura estaba atiborrado, con las puertas abiertas y mucha gente en la galería exterior, no lograba verla. Evidentemente no estaba.
Se interpretaron varias cosas con formaciones parciales. Como una versión de “La guerra de las galaxias» para fagot y tuba; un arreglo de “Mi Buenos Aires querido» para contrabajo y fagot; el tema de la película “La misión» para oboe y cuerdas, el “Ovlibion» de Piazzola para la misma formación. Los trombones tocaron un blues y Mariano (trombón bajo) tocó el “Bombón asesino» que hizo estallar a la tribuna.
Se tocaron otras cosas que mi memoria las esconde tras la fuerza del encuentro.
Cuando el concierto estaba llegando a su climax, veo que la gente de la puerta se abre y aparece Graciela empujando una cama . ¡Sí!, ¡una cama de hospital!, de esas con ruedas que hay en las habitaciones. La empujó pidiendo permiso mientras tocábamos y la colocó en el escaso espacio que quedaba entre los músicos y el público.
En la cama había una chica muy joven (no podría precisar la edad, pero sí que se llamaba Luján), con la mirada perdida en el techo.
Como pudimos, con esas cosas que se agolpan en la garganta y esas otras que cuelgan de los ojos, seguimos tocando.
Entonces vimos algo que ninguno de nosotros va a olvidar. En pocos minutos la música fue dirigiendo y cambiando esa mirada hasta desembocar en una sonrisa radiante de disfrute y agradecimiento.
Graciela se acercaba a cada rato y la acariciaba.
Poco antes de que termine el concierto se llevó a otra Luján en la misma cama.
Para esto, se iba acercando el final y llegaba el momento del intrigante homenaje. Fue entonces cuando Daniel anunció que para terminar íbamos a interpretar una canción en conmemoración de un grande del humor que nos acaba de dejar: Juan Carlos Calabró. Y sin decir más, se calzó los anteojos gigantes, dijo 3,4, y salimos tocando y el público cantando:
“Qué alegría, qué alegría,
olé, olé, olá,
vamos flaco todavía,
que estás para ganar.»
Y ante el asombro de todos los compañeros, el sr. profesor acompañaba la música con el consabido “pasito» de Jonhy Tolengo.
Cuando dijimos que era todo, una mezcla de “otras» y ruidos de muletas y fierrerío generalizado, nos sugirió que hiciéramos un par de bises, mientras, por lo bajo, nos decía una profesional del lugar: “Ustedes no saben dónde se metieron».
Después de la yapa, y ya desarmados un par de atriles para que no haya dudas, “¡fotos! , ¡fotos!» ,se escuchó. En seguida nos acomodamos y lo llamé a Daniel, el que había tocado el contrabajo y se lo puse en la mano. “!Ché, no tapen al contrabajista!». Y salió en la foto con una sonrisa de oreja a oreja.
Salimos a la explanada con Guille. El sol entibiaba el aire de la siesta. Subimos el bajo y entramos al auto. Sentí que no tenía ningún apuro. Y me atravesó una certeza: que no había que ir lejos para llegar a algún lado.
La experiencia fue hermosa, cantamos, bailamos y nos divertimos muchísimo. Nos recibieron con enorme cariño y quedaron muy contentos con la propuesta. Dieciseis voluntarios asistieron el domingo de un fin de semana largo y no se arrepintieron en lo absoluto.
Concierto autogestionado a cargo de Marilina Mozzoni, voz y Leandro Marquesano, guitarra. Centro Integral Monteagudo, para gente en situación de calle, diciembre de 2013.
Hospital de Niños Sor María Ludovica, La Plata, prov. de Bs. As., diciembre 2013 Hoy fui nuevamente al hospital,y al entrar a sala 3 una nena estaba cantando Manuelita mirando el celular de su madre. Le dije: Es un video, ¿me lo mostrás?. La sorpresa fue que era el video que nos habia filmado su mamá, ¡de Música para el Alma! No nos damos cuenta de la dimensión de nuestros actos, vamos mas allá del momento y eso es fascinante.<span class="su-quote-cite">Silvia Aguirre Bengoa, voluntaria del Hospital de Niños, asistente y cantante de MPA, La PLata.</span>
Hola Jorge, me tomo el atrevimiento de escribirle para agradecerle por el momento inolvidable que nos regalaron ayer a todos los pacientes, familiares y personal de la Sala. Soy un médico de la sala 3 del Hospital de Niños de la Plata. Me dieron su nombre como uno de los responsables y el de Eugenia. Simplemente gracias y ojalá que tengamos el privilegio de volver a tenerlos con nosotros pronto.<span class="su-quote-cite">Pablo, médico del Hospital de Niños de La Plata.</span>
Quería agradecerles el momento que hoy nos hicieron pasar en el hospital. Sin dudas que las palabras no pueden expresar las maravillas que ustedes logran no solo con la música sino con toda su humanidad. Delicadez, simpatía, saben como hacer que todos seamos parte del espectáculo que brindan… Pero sobre todo con su arte, con su entrega lograron que todos, enfermos, personal médico, y todos los que estábamos ahí o pasábamos por ahí, detuviéramos nuestra vida un instante y pudiéramos dejar nuestro mundo, nuestras preocupaciones, nuestros sufrimientos, para simplemente gozar, gozar de algo realmente bello, de algo que por momentos nos emociono, por momentos nos condujo a nuestra infancia, por momentos logro que pudiéramos desde la belleza sentirnos felices.
Gracias, muchas gracias por este tiempo y por esta tarea maravillosa que hacen. Que el Buen Dios o como le llamemos premie con mucha generosidad este regalo que hoy nos hicieron.<span class="su-quote-cite">P. Marcelo. Capellán del Hospital Tornú</span>
Soy residente psicóloga del Hospital Tornú y quería felicitarlos por el concierto de hoy. Realmente me pareció espectacular, me súper emocionó. Me parece una iniciativa excelente ya que la música es una vía directa de acceso a las emociones y hoy mucha gente, tanto pacientes, familiares y personal del hospital pudimos conectarnos con eso durante su presentación.
Nuevamente felicitaciones y espero poderlos volver a ver próximamente en algún otro evento. Cariños.
<span class="su-quote-cite">Antonella</span>
Muy estimados, como les dije al final de su hermosísima obra; que va más allá de la música; que los estamos empezando a extrañarlos. Quiero desearles en nombre de todos los trabajadores y en el mío propio un hermoso y próspero 2014 y comunicarles que todavía (no se cómo) se sige escuchando sus acordes, notas y cantos por el hospital. Hasta pronto.<span class="su-quote-cite">Dr. Luis Castañiza</span>
“Josefina»
Queria agradecer en nombre de mi mamá Liliana, el mío y de toda la familia, el concierto del día lunes en el Hospital Tornú por traer algo de alegría entre tanta tristeza y en especial por haber hecho la deferencia de tocar un tango como Naranjo en flor para mi abuela que es una canción que marco su vida.
Hoy 19 mi abuela falleció y quería agradecer el homenaje en vida que le hicieron a «Josefina, una artista de la vida»…
Los felicito por lo que hacen. ¡Gracias infinitas!!<span class="su-quote-cite">Nieta de Josefina</span>
[quote cite=»Marta Roca, violinista de Música para el Alma, quien tocó Naranjo en flor para Josefina»]Hoy falleció la señora que estaba internada en el Tornú, y que su familia nos pidió si podíamos tocar Naranjo en Flor. Me acordé de mi abuela, y pensé que no hay forma más dulce y tranquila, que despedirse de la vida con música. Aunque quise con todo mi corazón, no pude hacerlo con mi abuela por estar en la distancia. Así que me alegra y emociona haber contribuido a la despedida musical de esta mujer desconocida, pero cercana… hubiera sido mi abuela. Que descanse en Paz.
[lightbox type=»image» src=»https://www.musicaparaelalma.org/wp-content/uploads/2015/10/josefina-tornu.jpg»]Ver foto[/lightbox][/quote]
En las salas de internación:
[custom_gallery source=»media: 990,992,993,994,995,996,997,998,1000,1001,1002,1003,1004,1005,1006,1007,1008,1009,1010,1011,1012,1013,1014,1015,1016,1017,1018,1019″ limit=»100″ link=»lightbox» width=»170″ height=»170″ title=»never»]
La persona de espaldas [lightbox type=»image» src=»/wp-content/uploads/2014/07/2013-10-roffo-76.jpg»](ver foto)[/lightbox] se tenía que operar al día siguiente. Estaba emocionado con el sorpresivo concierto (ya habíamos tocado y nos estabamos yendo a otro pabellón). Al saludarnos nos confesó que le encantaba la música clásica y que tenía muchos discos de conciertos en su casa. Cuando le preguntamos por alguna obra preferida nos dijo: las Czardas de Monti. Nicolás Giordano (violín sonriente en la foto), que estaba presente en la charla, inmediatamente sacó su violín y empezamos a acompañarlo con las Czardas para regocijo de todos los que allí estabamos. (Pabellones de internación de pacientes oncológicos, Hospital Roffo, Ciudad de Buenos Aires).
Concierto sinfónico-coral en Mendoza. Más de 50 músicos mendocinos se sumaron a los ocho solistas instrumentales y cantantes del Teatro Colón, que viajaron especialmente. Agradecemos el apoyo de la Asociación Civil S.A.N.D. quienes colaboraron con los pasajes y la estadía en Mendoza.
Algunos de los músicos participantes en el concierto dejan sus impresiones. Carlos Fernández cuenta:
Mientras tocamos, como es música muy conocida para nosotros, pude levantar la vista y ver las sonrisas de los abuelos, algunos «directores» y otros que escuchaban y lloraban… Es muy conmovedor y emocionante poder ayudar a gente que no la está pasando bien y contribuir a darle un momento de felicidad…
Las demostraciones de afecto y agradecimiento son la mejor retribución.
En síntesis: mucha alegría y emoción por ayudar y ver tan feliz a la gente…
Un abrazo y gracias por permitirme ser parte de una obra tan solidaria y humanitaria. Nos hace mejores personas.
De Sandra Mónica López:
Mi experiencia en el concierto realizado en el Hogar de Ancianos Rawson fue realmente muy buena.
La recepción de los compañeros músicos y cantantes fue como si nos conociéramos desde siempre y actuaramos juntos hace muchísimo tiempo. Además, ver las caritas de los abuelos disfrutando de la música, no tiene precio.
Para mí, una cantante de la provincia de Santa Fe, fue como integrar la selección nacional de la solidaridad; estar junto a tan bellas personas que se juntan para brindar un poquito de su valioso tiempo para alegrar las vidas de tanta gente que lo necesita…
Gracias por haberme dejado integrar tan bello grupo y invito a todos a sumarse a este proyecto. La solidaridad musical es ¡Bellísima!
Estoy muy contenta y orgullosa de formar este proyecto de amor al prójimo.[/quote]
Rodríguez Zurschmitten
[quote]Quizás sea la educación que recibí, pensar en los demás, mirar al costado y no solo hacia adelante, en donde el otro es alguien importante.
El dolor del otro no me pasa desapercibido. Me gustaría tener millones y poder dar comida y casa a todos… pero solo curaría una parte… Quedan excluidos los enfermos… Tocar para dar un momento de alegría o de goce en el alma; tener la oportunidad de poder aliviar al otro con lo que sé hacer, con lo que soy y con lo que día a día intento hacer mejor; con mi oboe, con mi música.
El amor sana. La música sana. Y ambas juntas son una gran potencia. Es un honor para mí poder ser parte de este proyecto.
Gracias Eugenia por dejarnos algo tan lindo.
«Fue una fiesta para todos esta presentación, pudimos llevar muchisima ropa y alimentos, conocimos a Margarita, su obra, vivimos un momento inolvidable.
Fue un gran aprendizaje para todos, se puede, con poquito, contribuir a un mundo mejor, un grupo de casi 40 personas todos unidos por las ganas de dar, de compartir lo que hacemos todos los días pero desde otro lugar, sin un fin, como un medio de ser todos uno a través de la música, llevando este mensaje de esperanza y de paz que cada día crece con más fuerza en cada provincia que se suma al proyecto.»
El maestro de música de Génesis se comunicó con Música para el Alma antes del concierto.
Hola: Soy el docente de música de Génesis. Se que van a venir a tocar al colegio el 27 de mayo. Les cuento que en el colegio en el nivel primario tenemos un ensamble instrumental donde hacemos música de películas de terror, la banda se llama Orquesta Monstruo Terrorífica, y en el nivel Postprimario (alumnos más grandes) tenemos un coro, Coro Génesis, con el cual ensayamos desde el año 2009 y hemos hecho presentaciones en distintos lugares. Con el coro tenemos variado repertorio pero nos centramos en el canto africano. Si a ustedes les parece les envío grabaciones de algunos temas. ¿Nos acompañarían en algunas canciones? Les darán el placer a los alumnos de que canten con una orquesta por lo menos 1 o 2 canciones. Les mando algunos tracks de la Orquesta Monstruo Terrorífica y la versión instrumental del Himno al Instituto Génesis (que hacemos en sí con el coro Génesis también). Desde ya muchas gracias.
Un colaborador de Música para el Alma hizo un arreglo orquestal del Himno a la institución para que toquemos y cantemos con los chicos del Instituto. Ver video[/lightbox]
Más de 100 músicos entre la orquesta y el Coro Cui que se sumó en esa oportunidad. Después del concierto mas de veinte músicos recorrimos los pabellones para llevar música a los chicos que no pudieron asistir al concierto.
La directora de orquesta, Annuziata Tomaro, estaba con su bebé (Lucas) de pocos meses a quien tuvo que amamantar cuando terminamos el ensayo media hora antes del concierto.
Fue maravillosa la visita que realizaron al Hospital Garrahan. Les agradezco muy especialmente la atención que tuvieron al regalarnos su música.Un lujo para todos, niños, padres y equipo de salud. Son realmente «música para el alma». Gabriel Reynoso, el niño con el trasplante renal y hepático, estuvo encantado especialmente (aparte de nosotros). Ahora será intervenido, pero pensamos que la semana próxima estará nuevamente bien. Es un luchador. Gracias por la iniciativa y la compañia que les dan a estos chicos. Saludos cordiales para Ud y todo el grupo artístico, de parte de toda la sala, y míos. Muchas gracias. Ver foto<span class="su-quote-cite">Hospital Garrahan. CIM 61. Dra. Roxana Martinitto</span>
Laura Rizzo (soprano solista del Colón), integrante de Música para el Alma, presente en el coro, cuenta algo que sucedió en el concierto en el Hospital Moyano:
[quote]…la señora que bailaba hoy en el concierto mientras los músicos tocaban. Se angustió con la música de la Lista de Schindler y se fue a llorar al baño… ¡Sí! se fue a llorar al baño, y cuando entró se miró al espejo y salió diciendo: ¡»Estoy muy fea»! y lloraba desconsolada, pobrecita. Después retomó el baile, y cuando Fermín (Prieto, tenor) cantó O sole mio la superó la emoción y se cayó al piso como desmayada. Después me decía llorando: «No sé que hacer con tanta felicidad». No se cayó desmayada, se dejó caer… de felicidad.[/quote]
Del Hospital Moyano nos informan sobre ella: la señora se llama María Flora, tiene 70 años. Siempre va a la radio (Desate, de las internas del Moyano) a cantar y a leer sus poesías… A veces, aunque la locura arrasa pensamientos, sentimientos, deseos… A veces, con la poesía no puede…
